Empecemos pensando en: el dato, como la unidad mínima de información, algo que como tal no se considera información pues carece de un sentido si simplemente tenemos: «12», «Juan»; son símbolos que según el lenguaje pueden significar diferentes cosas; incluso podemos reflexionar sobre si cada letra de «Juan» es a su vez un conjunto de datos. En un computador la unidad mínima es el bit que puede ser un «0» o un «1»; pero, según el contexto, como puede ser el sistema de ficheros, la unidad mínima puede ser un bloque, el cual es un número de bytes fijo, y a su vez un byte son 8 bits. ¿Y en el caso del cerebro humano?: tenemos a la neurona como unidad.
«12», «Juan» son símbolos carentes de un significado, pues intuitivamente podemos pensar en que «Juan» es un nombre y además de una persona, pero aquí ya utilizamos otros datos para deducir eso, como «nombre», «persona», «es», y tan solo es un supuesto, es decir, no podemos afirmar ni negar tal reflexión; de igual forma «12» podemos pensar que es, al menos, un número, pero esto no es más que un supuesto. Una vez que damos un significado a los datos entonces hablamos de información; el tener varios datos y además conocer el significado de su relación nos permite tener información que podemos pasar a convertirla en conocimiento mediante la asimilación, reflexión y comprensión de la información. En el caso de un computador la información son datos estructurados, con cierta organización o diseño que mediante reglas simples implementadas por hardware o software se logra tratar la información; el uso de reglas lógicas es lo que permite interpretación de los datos, y dota de un sentido a los datos. Por su parte el cerebro tiene grupos de neuronas que van asociadas a acciones y su trabajo en conjunto da sentido a la labor individual de cada neurona.
En la actualidad se habla sobre la sociedad de la información, en parte a, el gran boom que se ha logrado gracias a los avances tecnológicos que posibilitan el acceso a grandes cantidades de información. Existe tanta información que es necesario poder aprender a ser unos buenos gestores de información, para saber discernir sobre qué nos es útil y qué no lo es. Por ello es necesario adquirir, también, conocimientos sobre la gestión de la información que tenemos a nuestra disposición, en el sentido más amplio de estas palabras. Esto nos lleva a un nivel superior que va más allá del conocimiento: el de la sabiduría.
Pasamos de esa unidad que es el dato, a la agrupación de datos que pasan a ser información y, de ella obtenemos conocimientos, para finalmente llegar a la sabiduría. La sabiduría se logra a base de la experiencia y, a la reflexión y corrección de las acciones, actitudes o pensamientos. En el caso de los computadores se pasa de un nivel de crear algoritmos con reglas básicas de lógica formal, a algoritmos que buscan una, cada vez mayor, capacidad deductiva; capaz de auto-generar nuevas reglas o modificarlas para así generar conocimiento. Como se ha dicho antes: en base a la experiencia se logra la sabiduría; si es así entonces, puede estar cerca el momento de que los computadores en base a la experiencia también alcancen sabiduría. Claro está, aún queda por mejorar la capacidad deductiva de los computadores. Sin embargo, el ser humano teniendo la capacidad de alcanzar sabiduría, ¿por qué no tenemos una sociedad sabia?
2015-03-30
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