miércoles, 24 de diciembre de 2014

Brainwriting: ¿Cómo mejorar el sistema educativo?


Contar con un grupo multidisciplinar que ayude a crear, mantener y gestionar un nuevo sistema de educación. Partiendo de estudios realizados, ideas del grupo y de la población en general sobre cómo mejorar el sistema educativo.

Establecer la educación como un derecho fundamental y base de la sociedad, por tanto de acceso gratuito. Es decir, desde lo que hoy conocemos como prekinder hasta pos-doctorado, todos los niveles. No por ello limitar a este rango, es decir, tener en cuenta desde la educación de la madre hasta la muerte del individuo, ya que a lo largo de la vida se está en constante aprendizaje. Por supuesto buscando ser efectivos y no desperdiciar recursos, por ejemplo, si un universitario se matricula por primera vez en una asignatura es gratis, pero, la segunda vez le costará un poco, e incrementado el coste hasta un límite que en caso de llegar, quedará fuera del sistema universitario. No todos pueden ser capitanes, se necesita muchos más marineros. Es por ello, que al mencionar el que se debe ser efectivos, quiere decir que estos casos prácticamente no deben darse pues los alumnos deben tener claro qué es lo que quieren estudiar y lograr ese objetivo, evitando una elección errónea de profesión. Para ello ayudándoles con las medidas adecuadas para conseguir ese objetivo.

Mejorando no solo la parte de conocimiento que es en la que se basan nuestros sistemas educativos, sino que además, potenciar la parte de aptitudes y, gestión emocional. Llevando un control de estas tres partes a lo largo de la vida de la persona e ir tomando las medidas oportunas para desarrollarlas. Por ejemplo, detectar e impulsar el alto desempeño y alto potencial de los estudiantes; desarrollar habilidades de liderazgo, empatía, solidaridad, asertividad, etc.

El hecho de que la educación sea gratuita, no quita la posibilidad de becar a los mejores estudiantes para que realicen sus estudios o prácticas en cualquier universidad de calidad, externa al país. Por otro lado, tampoco limitar a alumnos del país, también se puede becar a estudiantes de otros países atrayendo así talento de otros sitios y, con ello no desaprovechar el potencial de personas que por sus recursos o lugar de origen tiene la dificultad de desarrollarse así mismos y con ello a su comunidad.

Mejorar la formación y supervisión del profesorado, para que sea de máxima calidad. Conseguir a los mejores, tanto internos como externos al país.

Construir establecimientos adecuados en los que los alumnos tengan a disposición lo necesario para su educación. Crear grandes campus o ciudades, no solo para niveles universitarios, además para primaria y secundaria. Dotados de parques, biblioteca, polideportivos, laboratorios, etc.

Un plan de estudios dividido en asignaturas obligatorias, troncales y optativas, no solo para el nivel universitario, también para primaria y secundaria. Adaptándose a políticas de interés general o Estado, y de región. Por ejemplo, a nivel de Estado sea obligatorio el aprendizaje del inglés como segundo idioma, pero a nivel de región se pueda optar por un tercer idioma como optativo.

Definir metas y objetivos claros a tener en distintos plazos. Por ejemplo, retomando lo del idioma inglés, en un plazo de cinco años todo alumno que finalice la Universidad tendrá al menos un nivel B2, en diez años todo aquel que acabe secundaria, y en treinta años el 80% de la población del país. Claro está, que para ello hay que tomar las políticas adecuadas para conseguirlo.

Algunas otras ideas sueltas:
— Se forme con unos conocimientos básicos: supervivencia, realizar una fogata, pescar, nadar, primeros auxilios, etc.
— Inculcar desde pequeños actividades con la comunidad, llevando a la práctica iniciativas propias, de la institución educativa, o distintos niveles de gobierno.
— Realizar tareas y trabajos que no solo tengan un uso didáctico (lo hago y me olvido de ello), sino también que puedan llegar a ser útiles y se pongan en uso continuo.
— Las universidades tengan un papel más participativo en la elaboración de proyectos de los gobiernos (e instituciones privadas), teniendo así una forma de lograr una experiencia laboral para los alumnos durante la vida universitaria, es decir, que un graduado universitario tendrá garantizado la experiencia laboral.
— Los alumnos tenga experiencia en formar a otras personas.
— Estudiantes realicen prácticas fuera del país, tanto en países llamados desarrollados como en países subdesarrollados. Así, teniendo objetivos como el conocer otras culturas, ganar experiencia, etc. Principalmente a médicos, profesores.
— Conocer desde pronto distintas profesiones y poner en práctica muchas de ellas, entre otras cosas para llegado el momento tener claro qué profesión seguir.
— Fomentar de manera obligatoria el aprendizaje y práctica continua de al menos un deporte.
— Disponer no solo de profesores de las asignaturas como tales, además disponer de psicólogos, mentores, tutores, entrenadores, profesionales que no solo den seminarios sino que estén asignados a los alumnos y sigan su desarrollo.
— Proyectos que pueden ser independientes o parte de asignaturas optativas como: mentoría, viabilidad, salud dental, sexualidad, planificación familiar, etc.
— Establecer requisitos mínimos por asignatura, no por carrera. Es decir, algunas asignaturas puede primar la excelencia y dedicación (pedir un 9) y, en otras trabajar la respuesta a la presión cargando de trabajo para lo cual tampoco se puede exigir un 8. Otra forma de establecer requisitos es por importancia que se le dé a la asignatura.
— Fomentar intercambios culturales. 
— Relación de los alumnos no solo por edad. Si se tiene campus completos se facilita tener clases diferentes en las que se relacionen con diversos alumnos y no solo con los de contacto constante, tanto como en edades como en diversidad funcional.
— Controlar el uso de la formación como negocio y que no sean empresas dedicadas a la venta de títulos.
— Formación continua durante la vida. Es decir, relacionada al trabajo y a actividades externas.
— Controlar una correcta distribución, planificada, en base a la demanda futura de los distintos profesionales, creando políticas adecuadas para fomentar unas carreras sobre otras.
— Etc.

Vaciar cadena en C


Para limpiar o vaciar la basura que pueda contener una cadena de tipo char en lenguaje C he utilizado la función memset. Debido a que intentaba concatenar continuamente valores y en determinado momento poner valores de tamaño menor; sin embargo, el resultado era que sobrescribía los caracteres pero quedaban los existentes anteriormente. Es decir, si antes estaba la cadena «cadena» y luego escribía un «uno», el resultado esperado era tener «uno», pero se obtiene «unoena». Lo solucioné al utilizar la función memset que sobrescribe los valores en memoria con el valor del segundo parámetro.

char varCadena[50];
...
memset(varCadena, 0, 50); //limpiar para que no lo una con la basura

Donde:
varCadena: es la variable de tipo char
0: el valor con el cual rellenar
50: la longitud de la cadena

jueves, 18 de septiembre de 2014

Lo importante es el adecuado destino de los impuestos


Algunas personas dicen que es innecesario el aumentar impuestos a la comida chatarra o a las bebidas alcohólicas, argumentando que así no se logra disminuir su consumo, puesto que quien es adicto no puede dejar el vicio y necesita tratamiento que le ayude a superar el problema paulatinamente. Añaden, que el objetivo del Gobierno es únicamente recaudar dinero. Estoy de acuerdo en que no se soluciona el problema de la obesidad o exceso de consumo de alcohol simplemente con poner impuestos a este tipo de productos, y es que el Gobierno tampoco lo asegura.

El poner impuestos a este tipo de productos al menos consigue dos cosas. La primera, sí disminuye el consumo por el encarecimiento de este tipo de productos provocando la búsqueda de productos sustitutos. La segunda, recauda dinero para precisamente cubrir los gastos que conlleva el crear programas de ayuda sanitarios, informativos, educativos, etc. Es decir, que una persona que cuida su alimentación y no es alcohólica, no ocasiona éste tipo de gastos a los contribuyentes, comparado con personas que tienen estos problemas, ellas sí los ocasionan. En conclusión, el problema de poner impuestos a este tipo de productos no es en sí el que existan, sino la correcta utilización del dinero recaudado.

martes, 6 de mayo de 2014

Reelección


Aprobar la reelección por vía parlamentaria 

Una cámara de representantes, por muy representantes que sean de su pueblo, no van a ser siempre verdaderos representantes del sentir popular. De ahí que, pienso hay que saber identificar situaciones en las que quien debe dar su aprobación es el pueblo, de forma directa. Recordando que una democracia es en la que quien manda es su pueblo; el hecho de tener representantes no es más que un método con el cual ser eficientes, al evitar que el pueblo esté decidiendo hasta el mínimo detalle de cada acontecer. Por otro lado, quiero matizar en el error de ubicarse en el extremo de decir que el pueblo siempre tiene la razón, y podemos citar el caso de Mandela, quien tuvo que hacer frente al deseo de venganza de su pueblo y decirles que ese no era el camino. Ejemplos hay de todo tipo, uno diferente es cuando el pueblo estadounidense por mayoría de votantes eligiera a Al Gore como presidente, pero finalmente terminara siendo George Bush debido al sistema que tienen. Lo común es ver ejemplos en los que el pueblo está en contra de medidas no solo impopulares, si no que además, son injustas al reducir derechos de los ciudadanos y no van en línea con el sentir popular, y aún así, son medidas tomadas por representantes democráticos; algunas veces dependiendo del sistema solo lo aparentan, porque ponen suplentes a dedo.

En el caso ecuatoriano, existe una mayoría parlamentaria del partido de gobierno, además las encuestas de satisfacción con el gobierno se han mantenido muy altas a lo largo de los años, y cada vez el pueblo les ha apoyado. Sin embargo, podría parecer una medida impopular el cambiar la Constitución para permitir la reelección por vía parlamentaria, ya que no dejaría de tener un vínculo con la reelección del actual presidente. Creo es una muestra de que una Constitución debe tener una vía que contemple una situación similar, en la que, en casos excepcionales, si el pueblo lo desea se permita más de una reelección. 

Consulta popular

Como he expresado anteriormente, el pueblo no puede estar decidiendo cada vez ciertos temas. Es por ello, que si se realizara una consulta popular, sea para algo más que dar su visto bueno o malo sobre la reelección de autoridades, no solo la del presidente. Es decir, se plantee otras modificaciones a falencias que se pudieron detectar hasta el momento en la Constitución, para mejorarla. De no tener modificaciones significativas lo veo innecesario y, además, serviría de precedente para que grupos minoritarios intenten recurrir a dichas consultas cada vez que estén en desacuerdo.

Mejora del sistema electoral

En los diferentes sistemas electorales se vota a favor de un partido o de un individuo, y por otro lado están los votos blanco y nulo con significados subjetivos, y no definidos en la mayoría de los casos. Se puede plantear un sistema electoral que admita los votos aditivos y los sustractivos. Es decir, que se permita apoyar a un candidato o lista; o si soy indiferente, votar en blanco para que se dé ventaja a quien haga mayoría; si por el contrario, no estoy a favor de alguna opción en particular, y me es indiferente si gana una opción de las demás, plasmarlo explícitamente, consiguiendo así el sustraerle votos a quien no quiero que gane; y por último, si ninguna de las opciones me representa, poder indicarlo, y en caso de que ésta sea la opción ganadora se tengan que presentar nuevas alternativas, dando aquí la posibilidad de que se añada automáticamente quien ocupe el cargo en el momento, aunque no se le permitía una reelección más, si así lo quiere; los votos no válidos se diferenciarían así de los nulos, siendo los no válidos los que tienen contenido inadecuado.

En el caso ecuatoriano, si se presenta un candidato y se da la posibilidad de con el voto nulo permitir la reelección del actual presidente, el voto se dividiría entre el candidato del partido y la posibilidad de reelección, constituyendo un problema para el movimiento. La otra alternativa sería no presentar un candidato y apoyar el voto nulo, el cual permitiría la reelección por un periodo más, debido al sistema que planteo. Éste sistema, debe evitar el permitir por segunda vez que el voto nulo tenga el mismo significado, puesto que no se puede estar indefinidamente realizando elecciones.

En Ecuador —y en otros países— donde las opciones que tenía el pueblo de votar era decidir quién era el menos malo y votar por él, para que no gane el otro candidato. Sistemas de este estilo no permiten un verdadero reflejo del sentir popular. En algunos países se promueve el voto en blanco o el nulo a modo de protesta, pero carece en muchos de los casos de un significado que sea interpretado claramente por el sistema. Con la Revolución Ciudadana se ha hablado de que no se esta parchando un sistema, sino que se está creando uno nuevo y mejor. Es la oportunidad de hacerlo, creando un sistema electoral que sea más representativo del sentir del soberano.

Vicepresidencia

Los líderes deben estar donde se los necesite, y además es necesario fomentar el liderazgo en los distintos sitios, ya sea en un aula de clase, en un pequeño grupo de trabajo, en la familia, etc. Con esto quiero decir, que no solo es líder quien está a la cabeza. Además, que una de las mejores formas de incidir en los demás es a través del ejemplo. Por ello, creo en que una buena opción es que el actual presidente sea candidato en la vicepresidencia, para que así se mantenga apoyando directamente los cambios que persigue la Revolución Ciudadana, por cumplir con una responsabilidad asumida con el pueblo.

sábado, 12 de abril de 2014

La mochila de Wilson



Algo que hacían algunos de mis compañeros en el Instituto, era coger la mochila de un compañero y ponerle grandes piedras dentro, para sorpresa del perjudicado. Una de esas veces, se lo hicieron a Wilson, y le dijeron que había sido yo. Él se lo creyó, y yo subestimé su credulidad.

Cierto día, al entrar al aula encontré mi mochila muy llena; al abrirla estaba con piedras y trozos de tierra. Mis compañeros reían y decían que fue Wilson, algo que él no negaba; al contrario, reía y lo justificaba diciendo que yo le había hecho a él lo mismo. Yo le decía que no hice tal cosa. Me molestó, ya que al no hacer bromas de ese estilo, nadie se había metido conmigo de esa forma, y me parecía intolerable. Wilson debía pagar de alguna manera, y el castigo debía ser de mayores proporciones. No sé cómo, pero llegué a la idea de regarle líquido en su mochila, y… más aún, ¡orina!

Al día siguiente, teníamos Educación Física a última hora, solíamos dejar las mochilas arrinconadas en algún lugar en el exterior, mientras realizábamos algún ejercicio. Era como la ocasión perfecta para mojar la mochila ya que luego nos teníamos que ir a casa. Así que, antes que nada, lo que necesitaba era un envase de laboratorio. En la tarde compré el envase, lo llené y lo dejé sobre mi escritorio. No volví a pensar en ello, ya que todo parecía planificado. El día siguiente era un miércoles, con las prisas de levantarme, desayunar y salir, no llevé el envase al Instituto. Posteriormente, en la tarde, al llegar a casa, lo único que pensé era en que tenía que poner el envase en la mochila, para no olvidarlo; luego ya encontraría el momento de hacerlo, aunque había perdido tan genial oportunidad ese día, y no se me ocurrió volver a pensar en lo que iba a hacer.

El jueves, estuve pendiente de encontrar un momento en el que poder realizar la acción sin ser visto. En la clase de Matemáticas, al final de la jornada se estaban realizando unos ejercicios y quienes acababan se podían ir, según Alberto, el profesor. Wilson había dejado su mochila sola y la tenía cerca de mí, un par de pasos atrás y en la fila de mi derecha, el resto de alumnos estaban en sus asuntos. Era el momento de actuar.

Saqué de mi mochila cuidadosamente el envase y, mientras nadie miraba, rápidamente regué un poco sobre la mochila, tapé el envase y lo guardé en un bolsillo de los pequeños, en el lateral de mi mochila. El líquido enseguida empezó a chorrear, y eso que le puse poco, porque vi que se regaba fácilmente ya que la mochila no hacía el efecto de absorber. Un compañero se fijó en que caía líquido y riendo se acercó a la mochila diciendo: «¡Wilson, te han mojado la mochila!». Se acercó a oler qué era y exclamó: «¡Son orines!».

El profesor se acercó a ver, Wilson consternado, los demás riendo y avivando la situación. Así que empecé a asustarme y quedé enmudecido. El profesor, se dirigió a llamar a la inspectora Aida, una señora con cierto mal genio, carácter fuerte, pero a la vez tenía algo como de abuela sensible.

Se empezó a revisar las mochilas en busca de algún envase con orina, me quedé apartado junto a mi buen amigo Lucho, quien me preguntaba si había sido yo. Le confesé que sí, y le pedí me ayude a sacar de algún modo el envase. Pensábamos en esconderlo en alguna chaqueta o, intentar lanzarlo por la ventana. Sin embargo, me fijaba que al revisar las mochilas se inspeccionaban los bolsillos grandes, y posiblemente no se darían cuenta del bolsillo pequeño a un lado de mi mochila.

Mientras hablaba con Lucho, tenía la mirada fija de una compañera sobre mí, como percatándose de que tramaba algo o, de que estaba posiblemente en actitud sospechosa. Revisaron unas cuantas mochilas y decidieron parar. Aida se molestó y decía que llamaría al responsable de disciplina del Instituto, el profesor Guido, un tipo temido por el alumnado, por su carácter fuerte y avasallador.

Las cosas se iban poniendo peor, los nervios se iban tensando. Quería salir de ahí sin que me encontraran el envase. Nos tenían a la espera, yo le dije a tío Alberto que ya había acabado los ejercicios, y le pregunté si me podía ya ir; me contestó que no, teníamos que esperar a ver qué se resolvía hacer. Al parecer no encontraron al profesor Guido y dejaron que nos fuésemos, no sin antes advertir de que no se iba a quedar así el asunto, y que nos las íbamos a ver con Guido.

Por un lado, las cortas miras que tuve me llevó a no darme cuenta de que al día siguiente no iba a poder ir a clase, porque tenía planificado un viaje por pruebas médicas y que eso iba a afectar al asunto, pues todos especularían sobre mí. El regreso fue muy tarde, llegando en la noche. Enseguida fui a casa de Lucho a preguntar qué había pasado. Wilson no hizo mucho lío, pero Aída y Guido estaban molestos y el lunes se pasarían para hablar sobre ello. Por otro lado, durante lo acontecido no se me había pasado por la mente, que el lío que yo había armado fue, ¡durante la clase de mi tío Alberto!, quien era mi profesor de Matemáticas.

El siguiente lunes, durante la clase de Matemáticas, llegó Guido con Aida, y él dijo que le teníamos que contar quién o quiénes habían sido. Empezó a amedrentarnos. A continuación, pidió sacar un papel y que se escriba ahí el nombre o nombres de los que creíamos que eran los causantes. A continuación, se procedió a recoger todos los papeles y se los llevaron a Inspección. Todos se mantenían en silencio, con las miradas apartadas de mí. Comentábamos con Lucho quiénes parecía que habían escrito algo y se mostraban más distantes, y mientras esperábamos, realizábamos un análisis de los posibles delatores.

Y a los pocos minutos entró Guido. Todos en un silencio estremecedor, y en eso se escuchó la voz de Guido: «Luis, ven con nosotros». Me quedé frío, todo mundo lo miró, él se levantó y se dirigía cabizbajo hacia la puerta, a lo que Guido añadió: «Washo, tú también». Me levanté despacio, mirándoles a todos, como si les dijera: «Traidores, me habéis decepcionado».

Así que, estábamos en Inspección, una pequeña habitación estrecha bajo las escaleras, en la que apenas cabía un escritorio y tres sillas juntas, creo de uno y medio por dos y medio metros. Aida tras el escritorio, Guido junto al escritorio, en pie y, Lucho y yo sentados en las sillas con la pared a las espaldas.

Guido decía que los nombres que salían en los papeles eran los nuestros y que dijéramos por qué razón lo habíamos hecho. Nosotros ahí, negando las acusaciones, diciendo que no entendíamos el porqué nos acusaban a nosotros. Guido empezó a amenazar que nos bajarían la nota, que iba a realizar una reunión con los padres de familia y quedarían en vergüenza nuestros padres, que si eso no nos importaba y demás argumentos. No obstante, nosotros no cedimos, él empezó a achacar a Lucho que por su religión —evangelista—, su buen comportamiento y demás, no se esperaba eso de él. Y además, en los papeles el nombre que más aparecía era el mío y no el de Lucho. Que si me había ayudado o, qué papel era realmente el que él tenía.

Guido ya nos tenía acorralados y Lucho no era culpable, así que le dije finalmente que él no había tenido nada que ver. De modo que, le pidió a Lucho retorne a clase y seguimos un momento más en Inspección, mientras preguntaba el porqué yo lo había hecho. Así que se lo conté. Guido empezó a sermonear que no está bien el ser vengativo… Mandó a llamar a Wilson, y le dijo que quería hablar con su madre para decirle que él no era ningún santo y, sobre su hipocresía por haber hecho cosa similar.

Esa tarde no sabía cómo decirle a mi padre que él tenía que ir al Instituto. Empecé tímidamente:
—Pa’, Guido quiere que vayas al Instituto.
—¡Otra vez! —respondió— Ya fui hace poco, no voy a ir cada semana.

—Bueno, yo solo te lo digo.

—¿Esta vez qué pasó?
—Es que... Humm...—No sabía cómo decirlo— Por poner orina a la mochila de un compañero.
—¡Qué estas loco! Yo no voy a ir. ¡Si quieren expulsarte, que te expulsen!
—(Me quedé en silencio)
—¿Por qué hiciste eso? —Continuó después de un momento.

—Él llenó de piedras y tierra mi mochila, —respondí.
—Entonces, que se aguante, y dile a Guido que ya lo resuelven ustedes. Yo no voy a ir.

Me tranquilizó que empezara a decir que si haces algo se tiene consecuencias, y si Wilson puso piedras en mi mochila, él debía esperar que le pasara algo igual o peor. En cierto modo, me tranquilizó, pero también me estaba diciendo que lo mío también tendría consecuencias, que podían ser en medida o desmesuradas. Y tenía que asumirlas.

Con esta anécdota, experimenté la venganza, y aprendí a no actuar por impulsos. También que, si los planes se ven modificados, hay que replantearse todo, y no improvisar. Además, reafirmé la idea de que está bien realizar cosas que causen gracia, pero que no hieran a alguien; si hay que reírse, que no sea de alguien, sino reírnos todos. El vivir consiste en hacer y experimentar cosas, y con ello lo importante es aprender de ellas todo lo posible, sin olvidar asumir las consecuencias. En el camino de aprendizaje, el sentirse apoyado es importante, y yo a pesar de todo, me sentí apoyado.

sábado, 8 de marzo de 2014

Los pilares de la educación

En una de esas tantas veces que se me da por pensar en varias cosas, y de entre ellas, sobre la educación, me imaginé haciendo una analogía con el fútbol. En la que estaba muy claro que hay que tener conocimientos sobre la materia, es decir, que tanto como el jugador de fútbol debe tener los conocimientos necesarios de cuántos son sus compañeros, que existe un balón, dónde debe meterlo, las reglas del juego y todo ese saber; del mismo modo, un estudiante debe tener conocimientos generales y sobre su área específica. El conocimiento es uno de los pilares base, de los que considero es en el que más se ha incidido, y no llega a hacerse del todo bien. 

¿Pero de qué me sirve alguien que tenga conocimiento de fútbol si no sabe jugar? Seguramente hay muchos que saben hasta cuánto pesa el balón, sus dimensiones, sobre cómo afecta la temperatura del ambiente y muchos más detalles que la mayoría de jugadores profesionales. Sin contar la cantidad de seguidores que parecen saber más que los entrenadores. Se necesita alguien que tenga habilidad con el balón, que donde ponga el ojo ponga el balón: Aptitud. Es necesario que los estudiantes tengan aptitud para la carrera que siguen. Y no me refiero a que nazcan con el don, sino a que se trabaje en mejorar las aptitudes de las personas. Creo en que la aptitud es ese segundo pilar en el que debe enfocarse la educación, y en el que se trabaja muchísimo menos que en el del conocimiento. ¿De qué me sirve que una persona sea muy hábil con el balón de fútbol si no sabe ni dónde meterla?, es imprescindible el conocimiento, tanto como la aptitud.

¿Creen que con que el jugador de fútbol tenga aptitudes y el conocimiento es suficiente? ¿Qué pasa si a la mínima situación se viene abajo, o pierde el control y golpea a alguien; o llevemoslo a un extremo, tan solo por ilustrar, llega a matar? Lo que intento decir es que emocionalmente es inestable, de nada me sirve que sepa más que nadie y desde que naciera es un genio con el balón, si no dura ni cinco minutos jugando por perdida del control emocional. Las emociones son ese tercer pilar, con el que considero, llegan a ser el trío inseparable sobre el que tendría que basarse la educación.

En varias sociedades seguramente se trabaja en las tres áreas, pero si en conocimiento considero que aún no se hace del todo bien, poco o nada creo se hace sobre aptitudes y emociones. Incluso en sociedades llamadas "desarrolladas", creo que la parte de aptitudes y emociones aún son un papel secundario, por debajo del conocimiento. Y se debería tomar a un mismo nivel, como los tres grandes pilares sobre los que se construya una educación para la ciudadanía.